Historia

Historia

El contacto de los seres humanos con sustancias psicoactivas es probablemente, tan antiguo como la humanidad misma. Los nombres dados a algunas plantas confirman el conocimiento que se tenía de sus efectos.  A la amapola se le llamó "la planta de la alegría"; al alcohol el "elixir de los dioses" y a la planta de la marihuana "el dulce de las palomas".  En las sociedades antiguas,  y aún en los grupos indígenas actuales, estas sustancias se asocian con rituales mágico-religiosos y con fines medicinales.

La primer sustancia psicoactiva conocida por el hombre fue el alcohol, y fue descubierta en los albores de la humanidad al observar la posibilidad de reglar determinados cultivos de granos, y que su fermentación desembocaba en estas sustancias.

En un principio, el efecto de estos productos era atribuidos a los espíritus, y eran utilizados por las tribus primitivas en ocasiones especiales, como festejos estacionales, celebraciones de cosechas, festividades religiosas, entre otras. 

Sin embargo, con el paso del tiempo se agregaron nuevas variedades y se extendieron los distintos cultivos y formas de procesamiento o destilación. Así, el Imperio Romano cultivaba la vid en los países que conquistaba, y en el siglo XIX se desarrollo la Guerra del Opio entre Inglaterra y China, por el dominio de una producción de la que derivaba el opio. En esta época era común que figuras de la literatura escribieran sobre sus disfrutes como de sus padecimientos.

Hacia fines del siglo XIX, se buscaba un producto anestésico periférico para aplicar en operaciones quirúrgicas menores, y así evitar los riesgos de una anestesia general. De esta manera, se comienza a utilizar el clorhidrato de cocaína, derivado de la hoja de coca que satisfacía estas expectativas. También se le dio el uso de antidepresivo, pero en las décadas siguientes se uso creció como droga de abuso (especialmente entre músicos). Otra función que cumple, que prevalece en los países del norte de Latinoamérica, es calmar el hambre y alejar la noción de fatiga en los trabajos que requieren esfuerzo continuo. A pesar de esto, recién pasada la primera mitad del siglo XX se produce una epidemia explosiva en su utilización y se desarrollan laboratorios clandestinos y grupos de narcotraficantes, que comercializan este tipo de sustancias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario